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Claves para mantener un taller mecánico limpio

cómo mantener un taller mecánico limpio

22 Abr Claves para mantener un taller mecánico limpio

Un taller mecánico se encuentra expuesto a lo largo del día a un gran número de elementos que provocan que esté continuamente ensuciándose. Aceite, grasa, combustible, líquidos del motor, coches que salen, coches que entran, neumáticos sucios, pisadas de empleados y clientes. La lista podría continuar y no acabar nunca.

La importancia de mantener un taller limpio no solo reside en ofrecer al exterior una imagen positiva y profesional. Contar con unas instalaciones y maquinaria en buen estado de limpieza es fundamental para garantizar un buen rendimiento, reducir los riesgos laborales y asegurar un grado adecuado de confort para los empleados en el desarrollo de su trabajo.

Junto a los especialistas de Talleres Jiménez Motor hemos recopilado las claves más importantes para mantener un taller mecánico con un buen nivel de higiene y limpieza que mejore la experiencia tanto de los clientes como de los trabajadores del mismo.

Consejos para mantener un taller limpio

Zonas de aseo. Ante todo, es fundamental garantizar la higiene del personal, que se encuentra continuamente expuesto a manchas y suciedad. Que puedan disponer de una zona de aseo para lavarse la grasa de las manos y la cara es importante para mejorar su confort durante el trabajo y no manchen maquinaria y equipos al usarlos.

Herramientas. Al final de la jornada, cada trabajador debe devolver al carro de herramientas aquellas que haya utilizado a lo largo del día. Previamente debe haberlas lavado para dejarlas lo más limpias posible.

Maquinaria. Asimismo, las máquinas más utilizadas deben ser limpiadas de forma frecuente, para evitar una acumulación de grasa y suciedad que con el tiempo será mucho más difícil de eliminar y que, en muchos casos, termina deteriorando sus componentes y empeorando su rendimiento.

Limpieza diaria y continua. Es preferible limpiar lo que se va ensuciando que dejar que la suciedad se acumule hasta que se complique su limpieza. Además, las manchas de grasa, aceite y otros productos utilizados en un taller, una vez se han secado, son mucho más difíciles de eliminar que cuando son recientes.

Vestuarios y aseos. En un taller se ensucian más rápidamente que en cualquier otro tipo de instalación, ya que los trabajadores acuden a ellos para asearse con las manos y la vestimenta llenas de grasa. Reforzar la frecuencia de limpieza de estos espacios es fundamental para que la suciedad no se acumule y no dificulte las tareas de aseo del personal.

Contenedores de basura. Cuantos más, mejor, siempre que no obstaculicen ni molesten a los empleados. Si los trabajadores disponen de papeleras y contenedores cerca de donde se encuentran realizando una actividad determinada, será para ellos más sencillo deshacerse de los residuos sin tener que dejarlos en el suelo o que detener la tarea para desplazarse a un contenedor lejano.